¿Qué es una DAO?

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Introducción

Una DAO significa Decentralized Autonomous Organization, una organización que funciona completamente en una blockchain. Son organizaciones o “empresas” transparentes que operan en base a smart contracts y al mecanismo de consenso subyacente.

En teoría, para el funcionamiento de una DAO no se necesita intervención humana ni coordinación centralizada. De esta manera, una DAO puede operar sin junta directiva y ahorrar muchos costes en la toma de decisiones. Esto crea un modelo de gobernanza completamente distinto al de las empresas del mundo “tradicional”. Una situación muy diferente en relación con la teoría del principal-agente.

En las empresas tradicionales surge un dilema en el que los intereses de los directivos a veces entran en conflicto con los de los accionistas. En una DAO este problema no existe, porque son los propios accionistas o los smart contracts quienes toman las decisiones. En el caso de los smart contracts, todos saben de antemano qué esperar, evitando sorpresas indeseadas. En el caso de decisiones tomadas por los holders de tokens de la DAO, cualquiera puede participar de manera democrática en el proceso. Aunque una DAO en algunos casos puede ser menos eficiente que una organización gestionada por personas, ofrece un nivel de transparencia al que las organizaciones tradicionales no pueden aspirar.

La DAO frente al “mundo real”

Como el concepto de una DAO difiere tanto de la estructura tradicional de las organizaciones, surgen muchos retos jurídicos y operativos. Basta pensar en que una DAO suele operar desde varios países al mismo tiempo. ¿Cómo determina entonces un juez qué legislación aplicar en un contrato y dónde acudir en caso de conflicto? Es posible que al mismo tiempo diferentes jueces de distintos países tengan competencia sobre un mismo caso relacionado con una DAO.

Además, un actor malintencionado podría aprovecharse del hecho de que para decisiones importantes una DAO necesita mayoría simple o incluso una mayoría cualificada (por ejemplo, 2/3 de los votos). Si hay un error crítico en los smart contracts, esto podría ocasionar que toda la DAO y los fondos de los tokenholders fueran sustraídos. Un ejemplo claro es el “DAO hack” de 2016, cuando la primera gran DAO en Ethereum fue hackeada de esta manera. Finalmente, esto desembocó en un hard fork: la mayoría de la comunidad de Ethereum decidió revertir la blockchain al momento anterior al hack. Una parte de la comunidad no estuvo de acuerdo y continuó como Ethereum Classic. En teoría, se puede decir que “el código es la ley” y que debemos seguir los smart contracts tal y como están escritos. Esa es la postura de los defensores de Ethereum Classic. La mayoría del ecosistema consideró injusto no revertirlo y votó a favor del hard fork.

Ejemplos de DAOs

Ya hemos hablado bastante sobre qué son las DAOs y sus desafíos. Ahora toca ver algunos ejemplos clave.

Bitcoin como DAO

Se puede considerar que Bitcoin es la primera DAO del mundo. Es un gran sistema monetario descentralizado que funciona estrictamente según las reglas del código y los smart contracts. Esto permite que una enorme comunidad de usuarios que no se conocen ni confían entre sí pueda cooperar. Aunque muchos no lo identifiquen como una DAO, cumple con todos los requisitos para serlo.

MakerDAO

MakerDAO es un claro ejemplo de una DAO exitosa en la red de Ethereum. Es el protocolo detrás de la stablecoin DAI, equivalente digital del dólar estadounidense que permite operar en Ethereum. En MakerDAO, los usuarios pueden pedir prestado DAI depositando Ethereum u otros activos como colateral. La MakerDAO Foundation busca operar de la manera más descentralizada posible. Gran parte de las decisiones son tomadas por los holders del token MKR, el governance token del proyecto. La meta es que en el futuro la Fundación desaparezca y el control quede por completo en manos de los usuarios.

Uniswap

En septiembre de 2020, Uniswap, un exchange descentralizado en Ethereum, lanzó su propio governance token, UNI. Con él, Uniswap pretende trasladar la toma de decisiones al ámbito descentralizado. Sin embargo, existen dudas sobre el nivel real de descentralización, ya que se requiere al menos el 1% de los tokens para presentar propuestas. Esto deja fuera a la mayoría de los holders y muestra una desventaja: en muchas DAOs, quien más tokens tiene, más poder concentra. Mientras que en una democracia real cada persona tiene un voto, en una DAO la riqueza determina la influencia.

DeFi y DAOs: el usuario al mando

Lo interesante de la revolución descentralizada, con el auge de DeFi y las DAOs, es que los usuarios comunes tienen la oportunidad de actuar como un CEO colectivo. Los governance tokens permiten votar sobre decisiones clave, creando nuevas estructuras de organización, grandes oportunidades, pero también retos sin resolver.

El lanzamiento de governance tokens desplaza el poder de los fundadores de un protocolo hacia los usuarios. Decisiones cruciales sobre cambios en el protocolo, contratación de desarrolladores o incluso modificaciones en el modelo de gobernanza recaen en los holders. Por ejemplo, los usuarios pueden decidir qué colateral se acepta para otorgar préstamos en la plataforma.

Nadie sabe cómo será el futuro de las DAOs, pero lo cierto es que el crecimiento de DeFi ha acelerado su desarrollo. Es un campo dentro de la revolución descentralizada del que sin duda escucharemos mucho más en los próximos años.

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