¿Qué es la Criptomoneda?

Introducción

La revolución de las criptomonedas comenzó en 2009 con el lanzamiento de Bitcoin por el aún misterioso Satoshi Nakamoto. Aunque hay puristas que no están del todo de acuerdo con esta afirmación.

Antes de la llegada de Bitcoin ya existieron proyectos como HashCash y E-gold, que sentaron las bases de la moneda digital. Sin embargo, todos fracasaron debido a su infraestructura centralizada. Bitcoin es la primera forma de dinero verdaderamente descentralizada, que desde 2009 ha demostrado funcionar con éxito.

“Espero que quede claro que fue solo el control centralizado de esos sistemas lo que los condenó. Creo que esta es la primera vez que intentamos un sistema descentralizado, sin necesidad de confianza”. – Así describía Satoshi Nakamoto a Bitcoin y sus predecesores.

Hoy existen miles de criptomonedas que se construyen sobre la idea de Nakamoto. Las criptomonedas son sistemas de pago digitales que no dependen de intermediarios como bancos. Con ellas, las personas pueden transferir dinero directamente entre sí, de forma similar a pagar en efectivo, pero en el entorno digital. Lo particular es que todas las transacciones quedan registradas en una base de datos pública, transparente e inmutable, que almacena todo el historial de operaciones.

¿De dónde viene la palabra cryptocurrency?

El término cryptocurrency proviene de la tecnología que sustenta cada moneda digital: la criptografía. Bitcoin y otras criptomonedas usan encriptación para proteger la red, el historial de transacciones y los fondos de los usuarios.

Lo extraordinario de esta criptografía es su solidez: incluso el ordenador más potente que podamos imaginar, alimentado con toda la energía del sol durante 100.000 millones de años, tendría solo un 25% de posibilidades de descifrar una clave privada. “Solo cuando se construyan ordenadores de algo distinto a la materia y sin ocupar espacio físico se podrá romper esta criptografía”, afirmaba el experto Bruce Schneier sobre la seguridad de las criptomonedas.

De aquí surge la parte “crypto” en el nombre. La segunda parte es más fácil: “currency” significa moneda en inglés. Juntas forman “cryptocurrency”: un dinero sobre el que ningún poder físico en la Tierra puede ejercer control a nivel fundamental. Gracias a esta tecnología, una persona puede proteger su patrimonio incluso frente a los actores más poderosos del planeta. En teoría, todo lo que posees podría ser confiscado, pero si guardas bien tu Bitcoin, hoy por hoy es imposible acceder a él.

¿Cómo funciona la criptomoneda?

Las criptomonedas funcionan sobre una base de datos pública compartida llamada blockchain. La blockchain es un registro de todas las transacciones realizadas con una criptomoneda. Se puede imaginar como si cada participante llevara una hoja de cálculo en su ordenador.

Cada cierto tiempo, los mineros producen un bloque de transacciones que se distribuye por la red. El resto de nodos valida que esas transacciones sean correctas y que el minero haya resuelto el problema criptográfico. Si todo es correcto, todos actualizan su copia de la blockchain. Así, cada participante mantiene una versión idéntica de la base de datos siguiendo las mismas reglas.

Cuando un grupo decide cambiar esas reglas, se produce lo que se llama un hard fork. Esto ocurrió, por ejemplo, en 2017 con la bifurcación de Bitcoin Cash. Un sector de la comunidad quería bloques más grandes para aumentar la capacidad de transacciones. Al modificar las reglas, su blockchain se separó de la de Bitcoin. En realidad, el funcionamiento es mucho más complejo, pero lo esencial es que cada nodo guarda su propia copia de la base de datos, siempre idéntica a la del resto de quienes siguen las mismas reglas.

Tipos de criptomonedas

La revolución descentralizada comenzó con Bitcoin, un sistema de pago digital centrado únicamente en ser dinero. Con el tiempo surgieron muchas otras criptomonedas con diferentes objetivos.

Ethereum es uno de los ejemplos más conocidos. A diferencia de Bitcoin, Ethereum busca ser una plataforma descentralizada para aplicaciones. Su creador, Vitalik Buterin, lo describe como un “ordenador mundial” en el que cualquiera puede construir y utilizar aplicaciones sin depender de infraestructuras centralizadas. Sobre Ethereum se desarrollan innovaciones como Decentralized Finance (DeFi) y Non-Fungible Tokens (NFTs).

Bitcoin y Ethereum suelen presentarse como rivales, pero en realidad persiguen metas muy distintas: el primero, ser dinero digital descentralizado; el segundo, ser una red global de aplicaciones.

Existen muchas más criptomonedas. Litecoin, por ejemplo, es visto como el “hermano pequeño” de Bitcoin, del mismo modo que la plata respecto al oro. Mientras que Bitcoin produce un bloque cada 10 minutos, Litecoin lo hace cada 2,5 minutos, lo que aumenta la capacidad de transacciones pero también el tamaño de su blockchain.

En resumen, hay opciones para todos los gustos dentro del mundo mágico de las criptomonedas. Desde las que buscan ser dinero digital hasta las que impulsan nuevas capas de aplicaciones en Internet.

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