Donald Trump prometió hacer de los Estados Unidos la “capital cripto del mundo”. Desde su elección, los precios de las criptomonedas se dispararon a nuevos máximos históricos, pero también siguieron correcciones significativas. Más de 200 días después, surge la pregunta: ¿qué ha pasado realmente con esa promesa?

Trump da un respiro a la industria cripto

El balance después de más de 200 días de presidencia Bitcoin es ambiguo. Por un lado, Trump implementó medidas drásticas que elevaron la adopción de cripto a un nuevo nivel. Por ejemplo, lanzó una reserva nacional de Bitcoin (BTC), compuesta por monedas confiscadas. Aunque por ahora no se realizan compras adicionales, es histórico: por primera vez, una potencia mundial reconoce oficialmente a Bitcoin como un activo estratégico.

Además, Gary Gensler fue reemplazado como presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (Securities and Exchange Commission (SEC)). Trump promovió a Paul Atkins, un regulador pro-cripto que rompió con la línea dura de su predecesor. Esto puso fin, entre otras cosas, al prolongado caso contra Ripple (XRP).

La aprobación del Acto GENIUS también se considera un hito. Esta ley proporciona claridad sobre los stablecoins, un punto que la industria había estado presionando durante años. Desde entonces, Citigroup y JPMorgan experimentan con sus propios tokens, y Amazon y Walmart investigan el lanzamiento de su propio stablecoin. Los analistas esperan que esto pueda ahorrar miles de millones en costos de transacción.

Además, el Acto de Claridad está listo para ser firmado. Esta ley debe distribuir la supervisión de los activos digitales entre la SEC y la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), y podría poner fin a años de incertidumbre legal.

Interés propio y tratos dudosos

Sin embargo, la imagen no es completamente positiva. Datos recientes muestran que Trump ganó más de 2.4 mil millones de dólares con cripto en tres años. Esto plantea preguntas sobre conflictos de interés, especialmente ahora que la supervisión y regulación todavía están en desarrollo.

Estas preocupaciones aumentan con el lanzamiento de su propia memecoin: TRUMP. Justo antes de su inauguración, el token alcanzó una capitalización de mercado de 14.5 mil millones de dólares. Los críticos argumentan que la moneda funciona como un canal de donación oscuro, donde grandes sumas pueden fluir anónimamente hacia Trump a cambio de favores políticos.

Clima más estricto para los desarrolladores

Para los desarrolladores de software de código abierto o enfocado en la privacidad, el clima es ahora más hostil que nunca. En los últimos meses, los creadores de Samourai Wallet y Tornado Cash fueron condenados por operar un “servicio de transmisión de dinero no autorizado”. Esto parece establecer un precedente peligroso: aquellos que construyen herramientas no custodiales corren el riesgo de ser tratados como criminales.

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