A principios de este año, Pi Network (PI) era el tema del momento. El tan esperado token finalmente se hizo negociable y rápidamente se disparó a 3 dólares. Sin embargo, su valor ha colapsado hasta aproximadamente 0,20 dólares. Más del 90 por ciento de su valor de mercado se ha evaporado. ¿Es así como termina la historia de Pi Network?

De una moda viral a cotización en bolsa

Pi Network fue lanzado en 2019 por el Dr. Nicolas Kokkalis y la Dra. Chengdiao Fan. El proyecto ofrecía a los usuarios la posibilidad de minar tokens a través de sus teléfonos inteligentes, sin necesidad de gran potencia de cálculo ni altas comisiones de transacción. Este enfoque accesible llevó a una rápida adopción mundial: más de 60 millones de personas se unieron.

En diciembre de 2021, el proyecto pasó a un llamado mainnet cerrado, donde la funcionalidad se limitó a un entorno cerrado. No fue hasta febrero de este año que el token se listó en algunas bolsas, incluidas OKX, MEXC y Gate. Sin embargo, no se incluyó en grandes bolsas como Binance, Coinbase y Upbit.

Los usuarios debían pasar por un estricto proceso de conocimiento del cliente (KYC) para mover sus tokens al mainnet abierto. Al mismo tiempo, el equipo estableció como condición la disponibilidad de al menos 100 aplicaciones listas para el mainnet para hacer funcional el ecosistema.

Podrían parecer planes prometedores. Pero las cosas no salieron como se esperaba. La crítica se acumuló y el precio continuó cayendo. ¿Cómo fue esto posible?

Falta de liquidez y confianza

La fuerte caída del precio de Pi Network se atribuye a varios factores. La falta de listados en grandes bolsas limitó la accesibilidad y liquidez del token. Tampoco ayudó que el CEO de Bybit llamara abiertamente al proyecto «un fraude».

Además, la red enfrenta problemas estructurales. A pesar de contar con millones de usuarios y descargas, muchos consideran a Pi como una cadena fantasma: una blockchain sin aplicación activa. También influye la fuerte inflación del token: se estima que en los próximos 12 meses se emitirán más de 1,2 mil millones de tokens. Esto reduce la escasez y el valor.

La centralización del proyecto y la falta de transparencia dentro de la Fundación Pi generan además una creciente desconfianza. No hay un proceso de votación y la comunidad no tiene ninguna influencia directa en las políticas.

Aunque el equipo invierte en nuevas herramientas como su propio DEX y proyectos como CiDi Games y OpenMind, la confianza del mercado sigue siendo baja. La recuperación del precio depende de desarrollos más amplios en el mercado y de posibles listados futuros en bolsas. Pero el panorama es desalentador.

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